Cuba: ¿independencia o anexion?

LA GRAN MENTIRA DEL SEPARATISMO:

El Separatismo es un artificio que se inventa un pais vecino para que darse con un trozo del tuyo.

En 1869, los separatistas cubanos, (agentes USA, como los catalanes agentes «made in France») propusieron la independencia de Cuba y su ANEXION a Estados Unidos .
Solicitud de Anexión a los Estados Unidos

Prueba documental de la solicitud de anexión a los Estados Unidos por parte de la Cámara de Representantes el 24 de abril de 1869 y refrendado por el Presidente Carlos Manuel de Céspedes.

En ocasión del nombramiento del general Thomas Jordan (general norteamericano) para el cargo de jefe del Ejército de Oriente, el presidente Céspedes escribió el 11 de junio de 1869: La Circular No. 147 dirigida a los jefes y oficiales de ese Estado.

:»……para que mañana podamos ser dignos de entrar a formar parte de la Gran República Americana, que hemos tomado por modelo, y a la cual hemos propuesto ya nuestra anexión, en la seguridad de que cobijada bajo la bienhechora sombra de su bandera…

Las Constituciones Mambisas. La Codificación en la Épica Cubana.

Trabajo Corporativo presentado en la Academia de Altos Estudios Masónicos el 18 de febrero de 2011.

Por el Hon:. Hno:. Cayetano Toledo Cabrera, Miembro de Número de la Sección de Juri8sprudencia de esta Corporación.

Aspectos más sobresalientes de la Asamblea Constituyente

e de Guáimaro.

 

1.- División de la Isla en cuatro estados: Oriente, Camaguey, Las villas y              Occidente, bajo el principio republicano de gobierno.

2.- Adoptar la fórmula de la División de Poderes dentro del Estado.

3.-Nombramiento del Presidente de la República por la Cámara de      Representantes.

4.- Deposición del Presidente de la República por la Cámara de Representantes.

5.- Todos los habitantes de la República serán enteramente libres e iguales.

6.- Se declaran como derechos inalienables del pueblo, la libertad de conciencia, de culto, imprenta, reunión pacífica, enseñanza y petición así como cualquier otro derecho imprescriptible del ciudadano.

7.- Separación de la Iglesia del Estado.

 

Otros acuerdos significativos tomados en la Asamblea de Guaimaro fueron:

1.- Aprobar la bandera de Narciso López como la Bandera oficial de la República.

2.- Otra decisión de los constituyentes que complementaría y haría justicia a la otra bandera de la independencia cubana fue el acuerdo de situar la bandera de Céspedes, la que ondeó en Bayamo, en la sala de sesiones de la Asamblea de Representantes de la República y considerarla como un tesoro de la nación cubana. 

3.- También se acordó el nombramiento de  una comisión de la Cámara de Representantes para el estudio de una propuesta de anexión a los Estados Unidos.*

 La comisión designada por la Cámara para el estudio de la solicitud de anexión estuvo integrada por: Miguel Gerónimo Gutiérrez, Antonio Lorda, Miguel Betancourt, Jesús Rodríguez y Honorato del Castillo.

 

En una declaración de la Cámara de Representantes constituida en Guáimaro en 1869 se exponía: “Cuba esta dispuesta a todo, primero que a gemir de nuevo bajo el yugo de España.”

 

Solicitud de Anexión a los Estados Unidos

 

Prueba documental de la solicitud de anexión a los Estados Unidos por parte de la Cámara de Representantes el 24 de abril de 1869 y refrendado por el Presidente Carlos Manuel de Céspedes. 

 

En ocasión del nombramiento del general Thomas Jordan (general norteamericano) para el cargo de jefe del Ejército de Oriente, el presidente Céspedes escribió el 11 de junio de 1869: La Circular No. 147 dirigida a los jefes y oficiales de ese Estado.

 

 Por su importancia la transcribimos íntegramente:

 

Circular Número 147.

Ciudadano.  Muy señor mío y estimado amigo: La organización del ejército en los diferentes Estados en que se divide la República, ha sido y es constantemente el objeto preferente de la atención del gobierno, por que sin organización no es posible tener buen ejército y sin buen ejército el éxito de las operaciones no siempre será como es de desearse, a pesar del valor de los jefes y soldados que lo compongan. Para llevar, pues, a cabo esa idea beneficiosa, y previa la aprobación de este gobierno, el general en jefe ha nombrado al general americano Thomas Jordan jefe de operaciones en ese Estado, teniendo en cuenta para ello que es un hombre de valor, de conocimientos y pericia militares demostrados en los documentos de que viene previsto, y en los hechos que han tenido lugar en nuestros campos al batirse últimamente con nuestros enemigos. Añádase a estas circunstancias las cualidades personales que le adornan como particular y que le hacen digno de aprecio y estimación. Por lo tanto, espero que usted que es un verdadero patriota, un hombre de juicio, y que ha justificado mil veces su adhesión a la causa que defendemos, considerará la adquisición del expresado general Jordan, como de mucha importancia para la Revolución, dándole las muestras más inequívocas de que los cubanos sabemos distinguir a los hombres de mérito que vienen a combatir a nuestro lado por la independencia de Cuba, obedeciéndolo en todos los actos como cumple a un buen militar y guardándole y haciéndole guardar por los dependientes de usted las consideraciones y el respeto debidos al primer jefe de operaciones de ese Estado. Cuento con que usted por su parte también ayudará a que el orden sea una de las bases principales para conseguir el objeto indicado, inculcando a los que de usted dependan las máximas saludables de subordinación a sus superiores y sus disposiciones, y el respeto a las leyes de la República; por último que usted con sus conocimientos y su voluntad coadyuvará por cuantos medios le sugiera su amor a la Patria a que llevemos a feliz término la consolidación de nuestro gobierno, haciendo conservar el necesario equilibrio de los diferentes poderes que lo constituyen, para que mañana podamos ser dignos de entrar a formar parte de la Gran República Americana, que hemos tomado por modelo, y a la cual hemos propuesto ya nuestra anexión, en la seguridad de que cobijada bajo la bienhechora sombra de su bandera, y nutrida y alimentada con sus sabias instituciones, Cuba no deje de ser feliz. Por lo que hace a usted, tengo entendido que los servicios que hasta aquí ha prestado a la Patria, y los que seguirá prestándole indudablemente están grabados en mi corazón y no los olvidaré jamás: por el contrario, siempre los tendré presente, y la Patria también, para la debida recompensa en su oportunidad; limitándome por hoy únicamente a darle un voto de gracias por los expresados servicios: y a suplicarle continúe al frente del puesto que ocupa, hasta que por virtud de la ley de organización militar que deberá promulgarse a la mayor brevedad, se le designe el que le corresponde. Soy de usted con la más alta consideración, su afectísimo y seguro servidor. CM de Céspedes. Sabanilla de Sibanicú, junio 11 de 1869.

 

Otro elemento a tener en cuenta para el análisis del tema de la solicitud de anexión es la propuesta hecha por el asambleísta Antonio Zambrana Vázquez el 13 de abril del propio año 1869, de que se enviara a la Cámara de Representantes de los Estados Unidos un memorial escrito en tono sentimental y declamatorio en el que se expresara  el interés de los cubanos de pedir la anexión  antes de continuar sometidos a la ruina y la muerte.

 

Referencia: “Hombres del 68”. Vidal Morales y Morales. Primera Edición, La Habana 1904. Tomado de la edición Instituto Cubano del Libro, Editorial de Ciencias Sociales. 1972. Documento auténtico biblioteca de Néstor Ponce de León en poder de los herederos.

 

Para dar seguimiento a este último enunciado diremos que el 24 de abril de 1869 la Cámara de Representantes de la República en Armas en sesión ordinaria aprobó la solicitud de anexión a los Estados Unidos.

La vía utilizada fue la de José Morales Lemus representante del Gobierno de la República en Armas en los Estados Unidos.

 

El presidente Ulises Grant héroe de la Guerra de Secesión, recién electo en el cargo, en una de las reuniones que tuvo con Morales Lemus  llegó a decirle:

 

“Sosteneos por un poco de tiempo más y obtendréis aún más de lo que esperáis.”

 

Era evidente que la causa de los revolucionarios cubanos era ampliamente apoyada por el pueblo de los Estados Unidos a lo cual contribuyeron notablemente, poco después, los reportajes realizados por los periodistas norteamericanos Mr. A. Boyd Handerson en noviembre de 1872 que llegó a entrevistarse con varios jefes cubanos entre ellos el mayor general Ignacio Agramonte y Loynaz y también el periodista James OKelly que en 1873 hizo una larga entrevista a Carlos Manuel de Céspedes y escribió el famoso libro “La Tierra del Mambí” ampliamente mencionado en el desarrollo de este libro.

 

El gobierno americano no se decidía a reconocer la beligerancia de los cubanos a pesar de las grandes muestras de simpatías del pueblo americano y de importantes sectores del poder legislativo de ese país y no tuvo en cuenta las solicitudes de anexión que se habían hecho por parte de los insurgentes cubanos.

Hubo varios intentos de terminar la guerra por medios pacíficos en 1870.

 

La última gestión para  terminar la guerra por medio de la compra a España se realizó cuando el Secretario de Estado Hamilton Fisch con el consentimiento de José Morales Lemus y de la Junta Cubana le ofrecieron al Gobierno español, encabezado por el general Juan Prim, una indemnización de cien millones de pesos para que entregaran la soberanía de Cuba.

 

El Gobierno de España mediante evasivas y subterfugios hizo fracasar los buenos oficios de Estados Unidos.

 

Profundizando más en este delicado asunto de la solicitud de anexión a los Estados Unidos de América transcribimos los datos que nos aporta el destacado historiador, el Dr. Francisco J. Ponte Domínguez, Miembro de Número de la Academia de la Historia de Cuba, en su libro “Historia de la Guerra de los Diez Años” (desde Guáimaro hasta la destitución de Céspedes). Esta obra fue laureada en el concurso extraordinario al premio “Rodolfo Rodríguez de Armas”, en 1954. 

 

El historiador apunta en la página 14:

 

“Doble Expresión del Separatismo.- Los representantes comenzaron sus labores legislativas (se refiere a la Asamblea de Guáimaro) teniendo que resolver la iniciativa, suscrita por el pueblo libre congregado en Güaimaro, de que una vez consumada la independencia política del país hubiese la anexión de Cuba a la democrática república de los Estados Unidos de América…”

“…La incorporación de Cuba en la poderosa nación vecina constituía un propósito separatista en orden a su metrópoli española. En días pretéritos del siglo XIX entrañó patriótico anhelo, por significar la inmediata adquisición de libertades públicas. Ya en 1869 los tiempos resultaban otros, porque los criollos venían luchando hasta morir por obtener el verdadero separatismo de España, cual era la independencia propia y absoluta de la Isla. Solo el peligro de un fracaso inminente de la revolución emancipadora, que traería aparejado el retorno a la situación de colonia, autorizaba entonces el criterio de que, como mal menor, fuese aceptada la fórmula de que la Perla Antillana pasase a formar un Estado más de la Confederación Norteamericana; pues si bien dispensaba garantías individuales, era a trueque de la pérdida irremediable de la nacionalidad cubana. No obstante, con gran fervor damas camagüeyanas recabaron las miles de firmas estampadas por los ciudadanos peticionarios de esa anexión política…” 

 

Otro antecedente significativo del pedido de anexión a los Estados Unidos lo encontramos en un escrito enviado al gobierno de ese país con fecha 18 de diciembre de 1868 y otro de 6 de abril de 1869 por el Comité Revolucionario del Camagüey encabezados por Salvador Cisneros Betancourt, Ignacio Agramonte y Loynaz y Eduardo Agramonte Piña. Este último documento fue enviado al general Banks donde los revolucionarios cubanos reafirmaban que:

 

“Cuba desea después de conseguir su libertad, figurar entre los Estados de la gran República; así nos atrevemos a asegurarlo interpretando el sentimiento general. Puede Ud. estar seguro que si los Estados Unidos no se apresuran a proporcionarnos sus valiosos auxilios, una larga guerra mantenida con un enemigo que conociendo su impotencia tala y destruye los campos que ya no volverá a poseer, ha de cubrir de ruinas nuestro hermoso país. A la gran República, como defensora de la libertad, como Nación a cuyos brazos nos lanzaremos terminada la guerra, y como protectora de los destinos de América, le corresponde en rigor, dar con su influjo un término inmediato a esta terrible contienda.”

 

El 20 de enero de 1871 arribó a New York el Sr. Miguel Jorro director del periódico “El Sufragio Universal” de Madrid nombrado representante del Consejo de Ministros de España con la misión de gestionar un convenio directo entre el gobierno español y los insurgentes cubanos para lograr la pacificación de la Isla con “La honra de España.”

 

Se efectuaron varias entrevistas con intercambios de cartas entre Miguel Jorro por el gobierno español y José Manuel Mestre junto a José Antonio Echeverría Comisionados Generales de la República de Cuba en Estados Unidos en ese momento para establecer el convenio que fijará las bases de la independencia de Cuba.

 

Entre los factores que dieron al traste con este convenio están la fuerte oposición que mantuvo la oligarquía española, la tenaz oposición de los esclavistas y militares españoles en Cuba y remachando todo esto el asesinato del general Prim.

De esa manera se puso fin a los intentos de lograr la independencia de Cuba por medios pacíficos.

 

También es preciso dejar bien aclarado que a pesar de las solicitudes de anexión, tanto por el Comité Revolucionario de Camagüey, La Asamblea de Representantes del Centro y por último la Asamblea de Representantes de Guáimaro, el Gobierno de los Estados Unidos rechazó enfrentarse a España por esa causa, de igual manera fue rechazada la solicitud de reconocimiento de la beligerancia a los insurgentes cubanos.

 

En este sentido sobresale la actitud hostil del presidente Ulises Grant y su Secretario de Estado Hamilton Fisch que desarrollaron una política diametralmente enfrentada a los independentistas cubanos lo cual costó que la guerra se prolongara innecesariamente. 

 

Tomado del libro: “Ignacio Agramonte, su pensamiento político y social”. Juan J. Pastrana. La Habana. 1987.

Fuente original: “Miguel Gerónimo Gutiérrez.” Luís M. Pérez. Imprenta El Siglo XX. La Habana. 1912.

“Biografías Americanas”. Enrique Piñeyro. París (s f.).

 

Archivo Nacional de Cuba: Fondo Donativos y Remisiones. Caja 180, no. 194 y Caja 37, no. 30.

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