Carta Abierta de un Charnego a los Catalufos

Hace unos días, en un bar, oí cómo despotricaban tres de ustedes sobre muchos “charnegos” que habían venido a Cataluña porque en su país no tenían qué comer, y aquí se llenaron la barriga, y en vez de estar agradecidos se mostraban soberbios y descontentos. Como acababa de leer una encuesta entre escolares, en la que muchos de éstos no querían ser españoles porque sus maestros, ¡menudos maestros!, les decían que España era un país atrasado y pobre, sentí deseos de soltarles a ustedes unas cuantas verdades. Me contuvieron dos realidades: en primer lugar, la dificultad de que nos entendamos, porque manejamos conceptos básicos distintos; y en segundo lugar la violenta agresividad que manifiestan muchos de ustedes contra la libertad de expresión ajena, siendo en este caso, además, varios contra uno. Pero si no podría esperar el mínimo de entendimiento civilizado, sí puedo exponer algunos datos útiles para tantas personas a quienes ustedes se empeñan en embrollar con sus disparates.

Mis padres vinieron a finales de los años 50 de una aldea de Orense a Barcelona, donde yo he nacido. Nunca tuvieron la menor idea de estar trasladándose de un país a otro, sino de una región a otra de un mismo país, de una misma nación. Entre ellos hablaban corrientemente gallego, pero tampoco tuvieron el menor problema para entenderse con los catalanes en el idioma común español. Y siempre se sintieron en su casa en Cataluña, tal como los catalanes se sienten en su casa en Galicia, o en Canarias o en Andalucía, aunque algunos de ellos –los catalufos o nacionalistas– pongan gestitos ridículos haciéndose los extraños o los superiores. Y yo, nacido aquí, no voy a tolerar que me hagan sentir extranjero o agradecido, a mí o a mis padres.

Mis padres vinieron aquí porque en aquel entonces había en Galicia menos trabajo (no hambre ni mucho menos), y su mejora económica se la han labrado con su sudor, no la deben a ninguna limosna, y menos de gente como ustedes. Por el contrario, de gente como ustedes recibieron algún que otro desaire al que han sabido contestar con dignidad o, simplemente, haciéndoles el caso que en general merecen, es decir, ninguno.

Hace ya largo tiempo que el nivel de ingresos per capita se ha igualado bastante en España, y, quitando algunos matices, en cualquier región se vive con desahogo y de manera muy parecida (ustedes sostienen que es gracias al dinero que el estado le quita Cataluña, tiene gracia su soberbia). Barcelona prosperó mucho, y con ella toda Cataluña, y el resto de España, por el carácter emprendedor y pionero de muchas de sus gentes (la célebre industria conservera gallega debe mucho a los empresarios catalanes, por decir algo) y también por la protección que se le otorgó desde Madrid y por el mercado del conjunto del país. Es decir, hubo una simbiosis entre la industria barcelonesa y el resto. Tanto deben otras regiones a Cataluña como a la inversa. Este hecho no borra otro menos agradable, y es que aquel proteccionismo excesivo desde Madrid frenó la competencia y dificultó la expansión industrial de otras regiones. Hasta que la abolición del Arancel Cambó –y Cambó era un nacionalista catalán–, a principios de los sesenta cambió el panorama y facilitó un gran avance en los niveles de producción y consumo de todo el país.

Yo distingo bien entre catalanes y catalufos, y entre Cataluña y Catalufia, y también constato la nefasta influencia de ustedes sobre los demás. Los catalufos –o nacionalistas, separatistas en el fondo –, no son los creadores de la riqueza catalana, sino los que han aprovechado esa riqueza, con mentalidad de nuevos ricos, para tratar de infundir al catalán de a pie una soberbia perfectamente idiota y un complejo de inferioridad a algunos venidos de otras regiones. Su técnica, la misma de los nazis, eficaz, pero miserable: el narcisismo por un lado (“somos superiores”, hoy no se atreven a decir que son una “raza superior”, como hacían antaño, pero se les entiende) y el victimismo por otro lado (“no podemos subir tanto como quisiéramos porque España o Castilla nos pone plomo en las alas y siempre nos está perjudicando”).

Tampoco han contribuido ustedes nada a las libertades de que todavía disfrutamos. En cambio nunca dejaron de parasitar la democracia con sus insidias, exigencias y rencores inútiles, con sus imposiciones chulescas, su bilis y sus ofensas contra sus compatriotas de otras regiones, unas veces agresivas, otras en plan hipócrita, sus pequeñas pero muy significativas violencias, sin descartar el terrorismo, con sus “diálogos”, como gustan llaman al compinchamiento con ETA, a ver qué nueces cosechan, y sobre todo con su incansable siembra de ese degradante victimismo y narcisismo del que hablaba.

Miren, catalufos: ustedes siempre han sido una plaga para Cataluña. Ustedes han contribuido mucho al resentimiento y las convulsiones del siglo XX. Unas veces se aliaban con los pistoleros anarquistas, otras se peleaban con ellos, pero siempre atacaban a las libertades. Ustedes atacaron el sistema liberal de la Restauración y ayudaron a destruirlo y a provocar la dictadura de Primo de Rivera, que tan bien acogida fue en Barcelona. Luego, ante la dictadura, ustedes no hicieron nada, quitando el irrisorio esperpento de Macià en Prats de Mollò. Pero su inhibición, vergonzosa para ustedes, fue una bendición para Cataluña, que prosperó como nunca antes. Después, durante la II República, ustedes se alzaron contra la legalidad, trataron de lanzar a los catalanes a una aventura criminal, a una guerra civil, y los catalanes les rechazaron aquel 6 de octubre de 1934. Y cuando la guerra en 1936, ustedes presidieron el peor período de crímenes y robos que haya vivido Cataluña en toda su historia, y traicionaron de paso a sus propios aliados anarquistas, comunistas y socialistas.

Llegó la dictadura de Franco, a la que ustedes, catalufos, contribuyeron con sus provocaciones, traiciones y manejos, y nuevamente les faltaron a ustedes arrestos para luchar, y nuevamente Cataluña prosperó, sobre todo cuando se eliminó el famoso Arancel, que parecía proteger la industria catalana y en realidad la estorbaba, como estorbaba la de toda España. Si quitamos algún que otro gesto testimonial, solo muy al final del franquismo se unieron ustedes… con los comunistas y terroristas, así de demócratas eran. ¡Verdaderamente, señores! Su historia sería una deshonra para Cataluña si ustedes de verdad la representasen, como pretenden.

Ustedes no paran en su reivindicación del idioma catalán, y me parece muy bien, menos por dos cosas: que llenan ustedes este idioma con una propaganda y una literatura ínfimas, muy mal favor le hacen a la lengua; y porque oponen el catalán al llamado castellano, que es en realidad el español común, que nos une a todos y nos permite comunicarnos con cientos de millones de personas más. El idioma que también han ido formando tantos catalanes desde hace siglos. El idioma en que se ha escrito la mayor parte de la literatura catalana, muy posiblemente la de más valor. Ustedes se quejaban con razón de la mutilación que suponía excluir el catalán de la vida oficial bajo el franquismo (aunque bien poco hicieron por resistirla), y ahora imitan ustedes al franquismo a la inversa y mutilan una parte fundamental de la cultura catalana, so pretexto de que el español común no es idioma “propio de Cataluña”.

No, ustedes no representen a Cataluña ni a los catalanes: son más bien un desastre para ellos. La historia de ustedes, al contrario que la de Cataluña, es estéril y vergonzosa, y su habilidad principal ha sido la siembra de vientos que han terminado ya varias veces en tempestades. Me gustaría que reflexionasen, pero no soy optimista: persistirán en sus provocaciones, falsedades y violencias. Pero deben saber también que encontrarán una resistencia creciente.

F. N. S., economista.

169 comentarios en “Carta Abierta de un Charnego a los Catalufos

  1. Ahora que se habla tanto por ahi de reformar la constitucion ,yo la reformaria en un solo punto y seria el siguiente;a todo aquel personaje politico que para referirse a una comunidad autonoma española(sea cual sea)utilizara el termino pais o nacion quedaria automaticamente suspendido de su cargo y acta politica.

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  2. El primero que insulta eres tu, llamando catalufos a gente q piensa diferente a ti, pero gracias… Cuando Catalunya se independice ten la decencia de irte, ya que como dices que te hemos maltratado vuelve a tu pazo, choza o lo que sea, q allí viviras mejor, ECONOMISTA q no firmas. Tanto miedo tienes?Por cierto, viniendo de donde vienes eres PPro seguro, el partido mas corrupto del mundo, eso si q os lo tendriais q hacer mirar, q con vuestro dinero viven 4 personajes. Un saludo de parte de un charnego independentista.

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    1. Para responder al firmante «Víctor»: deberías saber que, en cuanto a corrupción, según estudios modernos, el partido que va en cabeza es el del difunto Sr. Gil, después el del Sr. Pujol, después el PSOE y, en cuarto lugar el PP. Todo esto en cuanto a comparaciones de cantidad de € y después en cuanto a asuntos farragosos se podría poner al PSOE. Dejémoslo así para no entrar en mayores profundidades. No pertenezco a ningún partido, ni tengo simpatía por ninguno. Se lo aclaro para que no presuponga nada.

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  3. Una observación. No es verdad que el franquismo prohibiera el catalán o si lo hizo fue solo brevemente al final de la guerra. Ya en los años 40, concretamente creo que en 1942 la Vanguardia informa sobre la publicación de libros escritos en catalán y sobre eventos literarios en catalán, también que por ahí por 1970(tardo-franquismo pero antes de la democracia orgánica) el editor de un periódico fue condenado prisión por haber permitido que se publicase una carta que contenía insultos contra la lengua catalana y se deseaba su desaparición. Entre los considerandos de la sentencia estaba «que no era permisible que se insultase a una de las lenguas de España». Ademas puedo atestiguar, porque fui testigo de ello, que en los años sesenta había emisoras de radio en catalán y que ceirtso días durante la pausa de sobremesa (en aquella apoca las televisiones solo emitían unas cuantas horas al día) TVE emitía en Cataluña una emisión en catalán llamada «Mare Nostrum»

    Lo que si había era que en la escuela no había clases de catalán, lo que no me parece bien) y por supuesto no había enseñanza EN catalán lo que si me parece bien y ello tanto porque crearía una discriminación positiva a favor de los catalano-hablantes candidatos a profesor como porque perjudicaría a los alumnos: el profesor de matemáticas deberia ser el mas competente y el mejor pedagogo y no el mejor entre los catalano-hablantes.
    También que si ibas a una administración te atendían en castellano lo cual permitía destinar a los funcionarios según sus competencias y las necesidades del Estado sin entrar en consideraciones perjudiciales para la eficiencia del Estado de «Fulano es el candidato ideal pero tenemos que mandar a este otro que es un inútil porque Fulano no habla el catalán/el gallego/el euskera»

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    1. Hay varios grados de prohibición. Después de la guerra, hasta que te oyeran hablar en catalán era peligroso. Tengo un testimonio de primera mano: a mi padre le abofeteó un guardia en el año 43 en la plaza de cataluña porque le oyó hablar en catalán con alguien, que resulta era su hermano. Evidentemente, no denunció la agresión. Los primeros libros en catalán se publicaron en los 60; antes sólo se permitían algunas ediciones no venales. También se empezaron a emitir programas de radio y algunos de televisión, como usted dice. Pero siguió la prohibición del catalán en cualquier ámbito administrativo hasta la muerte fe Franco. Lo de la enseñanza en catalán es opinable Yo creo que la gente tienen derecho a que se le eduque mayoritariamente en su lengua materna, sea catalán o castellano. El reparto también es opinable

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