Sobre la terrible persecución de la lengua y la cultura catalana durante el franquismo – Salvador Caamaño

Por un lado, el catalán era utilizado con total normalidad en el ámbito privado y familiar, así como en buena parte de las relaciones sociales. Por otro lado, el uso cultural del catalán, salvo los 3 o 4 años posteriores a la Guerra Civil en los que estuvo excluido, se fue normalizando progresivamente


Pie de foto: Tarragona 1970. Homenaje al ilustre poeta catalán Joan Maragall. Monolito con uno de sus poemas, Asisten: Joan Antoni Maragall (hijo del poeta); el Capitán General de Cataluña, Alfonso Pérez-Viñeta; el Gobernador Militar, Juan Casas; el Gobernador Civil, José A. Serrano y el Alcalde de la ciudad, Ricardo Vilar Guix.

Salvador Caamaño

lunes, 21 de diciembre de 2020

Sobre la terrible persecución de la lengua y la cultura catalana durante el franquismo

Una de las herramientas fundamentales del nacionalismo catalán ha consistido siempre en la construcción de un relato histórico victimista, que con frecuencia es tan falso como eficaz. Se dice, por ejemplo, que el castellano ha sido una lengua que se ha intentado imponer en Cataluña desde Felipe V, cuando en realidad la lengua castellana ya era utilizada como lengua culta al menos desde el Compromiso de Caspe en 1412. En este año el castellano se convierte en la lengua administrativa de la Corona de Aragón y su uso en Cataluña se fue extendiendo cada vez más a partir del siglo XVI tras el descubrimiento de América. Por ejemplo, en Cataluña la edición de libros en castellano entre 1571 y 1600 era superior a la edición de libros en catalán y en latín.

Pero, de todas formas, el tópico más recurrido y extendido, que contiene una gran carga mítica y suele creerse a pies juntillas, es que durante la “horrenda” dictadura franquismo la lengua y la cultura catalana fue atrozmente reprimida y perseguida. Y son muchos los que han hablado de exterminio, de “genocidio lingüìstico y cultural”. El historiador y exsenador por L’Entesa dels Catalans y luego candidato del PSUC, Josep Benet, galardonado con la Medalla d’Or de la Generalitat, escribió un libro con el ilustrativo título de “L’intent franquista de genocidi cultural contra Catalunya” (1995, reeditado en 2009). Es cierto que durante el franquismo el catalán dejó de ser una lengua oficial y fue excluida casi hasta el final del sistema educativo, lo que situó la lengua catalana en un plano claramente de inferioridad. Pero eso no significa que fuera, como se repite insistentemente por la propaganda nacionalista, terriblemente perseguido. Pues, como veremos, no fue el ogro tan fiero como lo pintan.

Por un lado, el catalán era utilizado con total normalidad en el ámbito privado y familiar, así como en buena parte de las relaciones sociales. Por otro lado, el uso cultural del catalán, salvo los 3 o 4 años posteriores a la Guerra Civil en los que estuvo excluido, se fue normalizando progresivamente. A partir de 1942, que se publicó el libro “Rosa mística” de Mossèn Camil Geis, considerado el primer libro editado en catalán en el franquismo, se iría aumentando de forma considerable (sobre todo desde principios de los años 50) la edición de libros y de revistas en catalán.

Desde el año 1944 se hizo obligatorio por ley que las universidades con Filología románica incluyeran también la asignatura de Filología catalana. Se crearon numerosos y prestigiosos certámenes culturales, para premiar obras elaboradas en catalán. En enero de 1944 se crea el premio “Eugenio Nadal”. En 1945, con patrocinio y subvención del Gobierno, se celebra el centenario de Mossèn Cinto Verdaguer. En 1947 se otorga el premio “Joan Martorell” de novela en catalán. En 1949 se crea el premio “Víctor Català” de novela corta en catalán y los premios “Aedos” para biografías, el “Josep Ysart” para ensayos y el “Ossa Menor” que luego pasaría a llamarse “Carles Riba”. En 1951 se otorga un premio de ámbito nacional a la poesía en catalán con la misma cuantía económica que a la española. Ese mismo año se funda “Ediciones Selecta” para obras escritas en catalán. Y se concede el “Joanot Martorell” a Josep Pla por su obra “El carrer estret”. En los años posteriores (50, 60 y 70) nacerían un sinfín de premios como el “Lletra d’Or”, “Amadeu Oller” de poesía, el “Sant Jordi” para novela (dotado con 150.000 pesetas), el Premio de Honor de las Letras Catalanas, el “Verdaguer”, el Premio Josep Pla, el Premio Mercè Rodoreda de cuentos y narraciones…

En 1964 tiene lugar la emisión del primer programa de televisión en catalán por parte de TVE desde los estudios de Miramar en Barcelona. Por aquí pasarían, entre otros, buena parte de los interpretes de la Nova Cançó. En 1974 se ofreció un concierto completo de Lluís Llach (hoy afamado separatista) que terminó con el tema “La gallina ha dit que no, visca la revolució!“.

En abril de 1966 Radio Tarragona empezó a emitir un programa dedicado a la enseñanza del catalán, conducido por J. Icart y patrocinado por la Delegación Provincial del Ministerio de Información y Turismo. En 1967 la Diputación de Lérida dota una cátedra de Lengua catalana. La Diputación de Barcelona acuerda dar cursos de catalán en todos los centros culturales dependientes de la corporación y fundar la cátedra de Lengua Catalana en la Facultad de Teología de San Cugat (Barcelona).

En 1970 en Tarragona se rinde homenaje, con gran boato, al ilustre poeta catalán Joan Maragall. En dichos actos se inaugura, en el Parc del Miracle, una plazoleta y un monolito en su honor con uno de sus poemas grabado en la piedra. Dicho acto contó con una representación del máximo nivel: Joan Antoni Maragall (hijo del poeta y tío de Pasqual y Ernest Maragall); el Capitán General de Cataluña, Alfonso Pérez-Viñeta; el Gobernador Militar, Juan Casas; el Gobernador Civil, José A. Serrano y el Alcalde de la ciudad Ricardo Vilar Guix, entre otras personalidades. Cabe decir que en esta época los nietos del homenajeado, Pasqual y Ernest Maragall (que luego quisieron pasar como heroicos luchadores antifranquistas), formaban parte del selecto y muy reducido grupo de colaboradores y asesores del alcalde franquista de Barcelona, el ilustre José María Porcioles, recibiendo por ello impagables favores. Por ejemplo, Pasqual Maragall por la gracia de Porcioles continuó cobrando su sueldo mensual íntegro durante los dos años de excedencia voluntaria que pasó en USA , entre 1971 y 1973, para ampliar su formación.

En 1971 la Diputación Provincial de Tarragona organiza, con el Instituto de Estudios Tarraconenses Ramon Berenguer IV, cursos subvencionados de Lengua y Literatura catalana.

Respecto a otras tradiciones de tipo cultural como la música popular, los castells, las sardanas y todo tipo de bailes tradicionales, se celebraron con total normalidad durante todo el régimen franquista. Respecto al tradicional victimismo del Barça, este club en agradecimiento a ciertos favores concedió a Franco, no una, sino hasta tres condecoraciones: en 1951 recibió la insignia de oro y brillantes del club, en 1971 la medalla de oro del Palau Blaugrana y en 1974 la medalla de oro del 75º aniversario. El club el año 2019 (44 años después de la muerte de Franco) acordó, demostrando con ello un gran valor, retirarle dichas medallas.

Por otro lado, durante el régimen de Franco se favoreció claramente a la industria catalana, muy por encima de la mayoría de regiones españolas. Y se produjo un extraordinario desarrollo económico de Cataluña. Se crea la SEAT en Barcelona. También la Pegaso, grandes polígonos petroquímicos, hidroeléctricas y nucleares. A la muerte de Franco Cataluña tenía una infraestructura de transporte muy por encima de la media española. Con sólo el 6% del territorio nacional tenia el 45% de los kilómetros de autopistas.

Y podríamos seguir poniendo ejemplos y más ejemplos. Finalmente, solo recordar que Franco murió en su cama el 20 de noviembre de 1975.

Salvador Caamaño Morado (Presidente provincial de SCC en Tarragona)

TV3, el tamborilero del Bruc del procés

Sergio Fidalgo relata en el libro ‘TV3, el tamborilero del Bruc del procés’ como a los sones del ‘tambor’ de la tele de la Generalitat muchos catalanes hacen piña alrededor de los líderes separatistas y compran todo su argumentario. Jordi Cañas, Regina Farré, Joan Ferran, Teresa Freixes, Joan López Alegre, Ferran Monegal, Julia Moreno, David Pérez, Xavier Rius y Daniel Sirera dan su visión sobre un medio que debería ser un servicio público, pero que se ha convertido en una herramienta de propaganda que ignora a más de la mitad de Cataluña. En este enlace de Amazon pueden comprar el libro.

Fuente

https://www.elcatalan.es/sobre-la-terrible-persecucion-de-lengua-y-la-cultura-catalana-durante-el-franquismo?fbclid=IwAR03WHAluGNBiHVSJ0sqZay2H1qbRSuTbJU7ST5WjFAm4mWHum0l8vE2Ong

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